16. Viaje a Vietnam y Camboya. Conclusiones

Nuestro viaje de 16 días por el Sudeste Asiático fue una aventura que nos aportó mucho personal, cultural y espiritualmente.

Asia es un continente en el que las costumbres y la forma de ver el mundo es muy diferente de la nuestra lo que, siempre y cuando vayas bien dispuesto, resulta muy enriquecedor.

Vietnam y los vietnamitas nos sorprendieron muy favorablemente. El país es una auténtica joya, repleto de historia, de cultura, de arte y de unos paisajes naturales verdaderamente espectaculares. Pero lo mejor es su gente. Pese a haber pasado auténticas penurias y vivir aún hoy en un régimen dictatorial que les priva de muchas libertades, los vietnamitas siempre tienen la sonrisa en la cara, te tratan con amabilidad, son atentos, optimistas y disfrutan de lo que tienen, sea poco (lo habitual) o mucho.

Y de Camboya, o de Siem Reap y Angkor que es lo que hemos visto, decir que se trata de una visita imprescindible. Es difícil calibrar la riqueza cultural que supone la visita a los templos, el milagro que significa que sigan allí y que se pueda disfrutar de ellos. Es un sitio mágico que no hay que perderse.

En cuanto al itinerario que hemos hecho (y que tenéis en el primer post de este diario), lo consideramos bastante atinado teniendo en cuenta lo que queríamos ver y los días que teníamos. Quizá hubiera sido mejor hacer primero Sapa y luego la Bahía de Halong, por eso de meterse primero la paliza del trekking y luego el relax del barco, aunque al ir después de Sapa a Hoi An, también nos sirvió para recuperarnos.

Y llega el momento de los Highlights del viaje, los momentos y los lugares TOP de nuestros 16 días en Vietnam y Camboya:

– El primer encuentro con el Old Quarter de Hanoi, el barrio viejo de Hanoi. Las motos, la gente en la calle, el ambiente, los olores, las casas…

– El Templo de la Literatura en Hanoi, el oasis de paz dentro de la locura y los ruidos de la ciudad.

– El momento en que el crucero por la Bahía de Halong llega a los primeros islotes. La visión de las pequeñas montañas en el agua esmeralda de la Bahía.

– El atardecer en la Bahía de Halong. Puede que fuera el mejor momento de todo el viaje. Sencillamente inolvidable.

– La visión de las terrazas de Sapa durante el trekking del segundo día. Los colores del valle, los campesinos, la visión de los campos de arroz…

– Las charlas con las ancianas de la tribu Black HMong en Sapa. Lo mucho que nos transmitieron y lo que aprendimos en aquellas horas de trekking por su tierra.

– Hoi An. Así, enterito. El pueblo, la playa, el clima, la comida. Todo.

– La sensación cuando recorrimos el trecho de túnel que se puede visitar en Cu Chi. Hay que vivirlo para entenderlo.

– La charla con Tam, nuestra guía de las excursiones en Ho Chi Minh. Nos enseñó mucho de la vida vietnamita ayudándonos a valorar más lo que tenemos.

– Angkor Wat, Ta Prohm y Bayon. Las tres joyas de Angkor. Difícil explicarlo con palabras.

– Los ratos de trayecto en el tuc tuc con Pao. Otro tío sensacional que nos aportó mucho en nuestro viaje.

Un viaje que pasará a formar parte de los grandes momentos de nuestro vida, que recordaremos con cariño y que guardaremos para siempre en nuestro corazón y en nuestra memoria.

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